lunes, 23 de marzo de 2009

LUIS ALBERTO DE CUENCA


Me gustas cuando dices tonterías,

cuando metes la pata,

cuando mientes,

cuando te vas de compras con tu madre

y llego tarde al cine por tu culpa.

Me gustas más cuando es mi cumpleaños

y me cubres de besos

y de tartas,

o cuando eres feliz y se te nota,

o cuando eres genial con una frase

que lo resume todo,

o cuando ríes

(tu risa es una ducha en el infierno),

o cuando me perdonas un olvido.

Pero aún me gustas más,

tanto que casi no puedo

resistir lo que me gustas,

cuando, llena de vida, te despiertas

y lo primero que haces es decirme:

«Tengo un hambre feroz esta mañana.

Voy a empezar contigo el desayuno».
* * *

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